LA BANDA EDITÓ SU NOVENO DISCO CON MUCHOS INVITADOS
Massacre lanzó su nuevo álbum “Nueve”, es su noveno disco de estudio que tiene un enfoque y una distribución de recursos humanos bastante particulares. Este nuevo lanzamiento tiene el ímpetu de estetizar la pospandemia.
El productor y guitarrista, Gustavo Santaolalla aportó su talento para transformar al tema “Mariposa” en la cuota psicodélica que acompaña a Massacre desde su primer show cuando la banda tocaba con un amplificador de teclados Farfisa de los ‘60.
Este nuevo material grabado en Buenos Aires en los estudios Panda y mezclado en GoodShit Studio, fue producido por Federico Piskorz, productor artístico además de multinstrumentista de la banda.
Luego del lanzamiento de “Nueve», Massacre emprenderá una gira europea que los llevara a Londres, Madrid, Barcelona, Valencia, Mallorca y Málaga, entre otras.
Con respecto al disco el músico expreso que “se llama así porque todo está relacionado con algo numerológico. Además de ser nuestro noveno disco, tiene nueve canciones y alguien dijo que nueve es nuevo, pero en inclusivo, ja. Es como un tríptico, como si se trataran de tres maxi-singles, como el The Three EP’s, de Beta Band, y para eso contamos con tres productores diferentes: Gustavo Santaolalla, Héctor Castillo y Fico, nuestro guitarrista”.
En la numerología, el nueve es símbolo de completitud, sabiduría y transformación. Representa el cierre de un ciclo y el inicio de uno nuevo, marcando un punto de transición y renovación. Este número está vinculado con valores humanitarios como la compasión y el altruismo. Sin embargo, para Massacre, el significado se desdobla más allá de lo convencional.
Para la icónica banda de skate punk, el número nueve es como su talismán espiritual de la suerte. Después de esperar nueve años desde Biblia Ovni (2015), finalmente llega Nueve para salvar el día. ¿Por qué “nueve”? Bueno, además de ser su noveno álbum, tiene nueve canciones, y aparte de estas coincidencias la banda bromea diciendo que “nuevo” se vuelve “nueve” en un giro lingüístico inclusivo.
Así, el noveno disco de Massacre fue una travesía de producción que abarcó una variedad de estudios de grabación -desde distintos estudios en Los Ángeles y el emblemático Sonic Ranch en Texas, pasando por los reconocidos estudios porteños de Panda y Romaphonic, hasta llegar a Brooklyn para la etapa de mezcla- y que estuvo dirigida por tres productores de gran renombre: Gustavo Santaolalla, Héctor Castillo y Federico Piskorz.
La banda nos arrastra a otra vórtice de psicodelia pura con “Medusa lunar“, con la peculiar colaboración de Vicentico. La canción comienza con un beat que parece resucitado de una máquina de ritmos de los 80 encontrada en el estudio de Texas como si fuera una reliquia arqueológica. Un halo retro parece evocar una divinidad galáctica que desciende para bendecirnos y luego se marcha a otro planeta, dejándonos con la duda de si era real o solo un sueño.