TOMA LA RUTA Y LUNA ROJA LOS TEMAS ELEGIDOS PARA ESTOS NUEVOS VISUALIZERS
Ya se encuentran disponibles 2 nuevos visualizers de Soda Stereo “Luna roja” y “Toma la ruta”, dos canciones emblemáticas de aquel innovador álbum de 1992 Dynamo.
Ambos fueron realizados para Sony Music por Nico Bernaudo, diseñador audiovisual en los shows de Gustavo Cerati desde 2004 y también en la histórica gira “Me Verás Volver” de 2007.
De esta manera, continúa el plan iniciado en julio, cuando salieron dos visualizers de canciones del primer disco de Soda: “¿Por qué no puedo ser del jet-set?” y “Sobredosis de TV”. En agosto salieron dos del álbum “Nada personal”, luego dos de “Signos”, dos de “Doble vida” y dos de “Canción animal”:
El disco “Dynamo” se grabó en 1992, en Supersónico, el flamante estudio que Soda Stereo montó en Buenos Aires. La dinámica de trabajo fue aprovechar la sala propia para plasmar la magia y espontaneidad de las primeras tomas, ya que iban “zapando” y armando las canciones prácticamente juntos, improvisando una idea o estructura durante horas, a lo largo de los tres meses de grabación, siempre con el sonidista Adrián Taverna registrando todo en formato digital DAT. En total, hicieron unas veinte canciones, de las cuales quedaron doce. El ingeniero de sonido fue Mariano López.
La lista de temas incluyó hits como “Primavera 0”, “Ameba”, “En remolinos” y estas dos joyas que son “Luna roja” y “Toma la ruta”.
“Dynamo” se lanzó el 26 de octubre de 1992. Los productores artísticos fueron Gustavo y Zeta, con la colaboración de Daniel Melero. Como invitados estuvieron Daniel Melero(sampler y sintetizador), Tweety González (sampler y asistencia de programación), Flavio Etcheto (trompeta), Sanjay Shadoriya (tabla, padanth voice), Eduardo Blacher (tambura) y Roberto Kuczer (sitar).
El mastering se hizo en A&M Mastering Studios de Los Angeles con el técnico Arnie Acosta, de quien habían escuchado algunos trabajos como las masterizaciones de U2.
La tapa fue realizada por Gabriela Malerba y Alejandro Ros.
El resultado fue un disco innovador y disruptivo, con un sonido nuevo para el rock argentino, que llamó la atención de una nueva generación de seguidores y ubicó a Soda en la vanguardia de los años ‘90.