LA RENOVACIÓN OSCURA Y SENSUAL EN ESTE NUEVO TRABAJO

El más reciente álbum de estudio de Emmanuel Horvilleur, titulado «Mi Año Gótico», no es solo una colección de canciones, sino una declaración artística que consolida su lugar como uno de los artistas más versátiles y experimentales del pop-rock argentino, incluso dos décadas después de su era con Illya Kuryaki and the Valderramas (IKV).
El Concepto: Transformar la Oscuridad en Destello
Sonido y Estilo: Del Funk al Synth Pop Oscuro
Si bien Horvilleur es sinónimo de funk y groove (herencia de IKV), en este trabajo profundiza en una paleta sonora marcada por:
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Electrónica y Synth Pop: El álbum está saturado de sintetizadores envolventes y programaciones con una clara influencia del post-punk y el synth pop/dark wave de finales de los 80, pero con una factura moderna.
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Intimidad y Provocación: Las líricas mantienen la sensualidad fluida que lo caracteriza, pero combinada con una introspección más madura, abordando temas de amor, tiempo y cambio. Esto se nota en el tono provocador y a la vez íntimo de canciones como «Tu Cara de Culo» y la atmósfera envolvente de «Elástico».
Colaboraciones de Alto Nivel
El disco es un punto de encuentro generacional y estilístico, destacando la presencia de grandes figuras:
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Fito Páez: En el tema «Caetano». Esta colaboración une a dos referentes indiscutibles de la música argentina.
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Javiera Mena y Ale Sergi (Miranda!): Se unieron en «Santo Domingo», un track que eleva el pulso bailable del disco con la distintiva voz de Mena y el toque pop de Sergi.
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Julián Kartun: El líder de El Kuelgue participa en «En la Moto», inyectando una energía nostálgica y un groove que rinde homenaje a las calles de Buenos Aires.
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Alex Anwandter: El artista chileno colabora en el single «Ya es tarde», otro ejemplo de la inclinación del álbum hacia el pop bailable y sofisticado.
Importancia en su Carrera Solista
«Mi Año Gótico» reafirma la constante evolución de Horvilleur. Como él mismo ha mencionado en entrevistas, pasó de un enfoque más sexual en su juventud (IKV) a una sensualidad más reflexiva en su etapa solista. Este álbum es la cúspide de esa transición, mezclando el baile, el drama y la conciencia del paso del tiempo sin perder la chispa ni el carisma que lo hicieron una leyenda.