UN REPASO POR TODOS SUS DISCOS CON SODA STEREO Y COMO SOLISTA
Gustavo Adrián Cerati nació en Buenos Aires el martes 11 de agosto de 1959. Según sus propias palabras en distintos reportajes, «era un chico de barrio» que jugaba con sus vecinos en las calles de Barracas.
Su madre, Lilian Clark, contó en más de una ocasión que al líder de Soda Stereo le gustaba conectarse con la gente y solía encabezar las fiestas familiares y del colegio: «Con una guitarrita de madera o un palo de escoba, animaba todos los cumpleaños».
«La mayor parte de mi adolescencia la viví en Villa Ortúzar. Vivía como un chico normal. Tengo dos hermanas y yo era el que estaba en la calle todo el tiempo con mi barra de amigos y jugando a la pelota. Mi actividad más importante fuera del colegio era dibujar», relató Gustavo en algunas notas periodísticas al recordar cómo fueron sus primeros años de vida.
«Iba como germinando en mí la idea de formar bandas, al principio con folclore, con los profesores del barrio», señaló.
A partir de los 14 años, empezó a formar sus primeros grupos. Con una fuerte influencia de Luis Alberto Spinetta -su gran referente a nivel local- y de los Beatles, su banda favorita internacional; se fue metiendo más de lleno en su verdadera pasión.
Gustavo de pequeño con su guitarraGustavo de pequeño con su guitarra
Todo iba a cambiar en 1982 para este estudiante de publicidad: ese año se convertiría en bisagra porque estableció una estrecha relación con Héctor «Zeta» Bosio y con Charly Alberti, vínculos que habrían de resultar decisivos en el futuro de los tres.
Con Zeta se conocían con anterioridad porque eran compañeros en la Universidad del Salvador, pero recién profundizaron su amistad en el verano del ’82 en Punta del Este.
Durante esos días decidieron regresar a Buenos Aires y formar una banda, que luego sería nada más ni nada menos que Soda Stereo, después del ingreso de Alberti. El baterista llamaba insistentemente por teléfono a la hermana de Gustavo para invitarla a salir y un día atendió el propio Cerati y se pusieron a hablar de música. Entonces coordinaron que iban a reunirse para probar: Charly pasó bien el examen y el grupo ya estaba en marcha.
A lo largo de su carrera -con la banda y por fuera de ella- Gustavo grabó cientos de canciones, que quedaron plasmadas en una serie de discos que pasaron a la historia. A horas de su cumpleaños 61, decidimos repasar todos sus álbumes de estudio.
El primer álbum de Soda Stereo -titulado como la banda- se editó el 27 de agosto de 1984 con 11 canciones y un estilo bien definido: se trataba de temas para bailar, que tenían velocidad, ritmo y potencia.
La grabación se hizo en los estudios de CBS, en la calle Paraguay al 1500. Allí, los miembros de Soda tuvieron que sortear varios inconvenientes. Cerati, Bosio y Alberti sufrieron el hecho de tener que grabar en horarios rotativos y con técnicos distintos; en lugar de tener un solo turno y una persona en especial, como es lo más recomendable para que las cosas salgan bien. Sin embargo, pese a esos problemas, el disco terminó siendo lo que ellos pretendían.
«El trabajo fue muy simple porque los temas ya tenían los arreglos resueltos y pensados, desde el sonido de los instrumentos hasta detalles de voces», decía por esos días Federico Moura. El líder de Virus fue el productor artístico del disco debut de Soda.
La presentación del álbum se realizó el 1 de octubre de 1984 -día del cumpleaños de Zeta Bosio- en el subsuelo del local de Pumper Nic ubicado en el microcentro porteño. El grupo estuvo acompañado por Moura y otros colegas, además de algunos amigos, allegados y periodistas.
«Pumper fue una de las primeras cadenas de hamburguesas y tenía que ver con el espíritu de Soda, con esos decorados que tomaban algunos códigos de la new wave que rescataban íconos que venían de los ’60. Tenía que ver con bandas que estaban alrededor de la música punk que eran de nuestra influencia, como The Specials», narró Zeta al recordar el estreno del grupo.
«¿Por qué no puedo ser del Jet-Set?», «Sobredosis de TV», «Te hacen falta vitaminas» y «Trátame suavemente» se convirtieron en hits al poco tiempo y, aún hoy, son los temas más recordados de ese trabajo.
El segundo disco de la banda mostró un sonido mucho más trabajado y se notó un salto de calidad. Letras un poco más profundas e, incluso, canciones que no sólo eran para bailar (como sucedía con el álbum anterior). Un ejemplo de esto es el tema «Ecos» -último de la placa-, que mostró una faceta distinta, tanto en lo musical como en la narrativa.
Nada personal fue grabado en los estudios Moebio de Buenos Aires con el técnico Mariano López como ingeniero de sonido. Editado en noviembre de 1985, se trató de un quiebre en la carrera del grupo.
El videoclip de «Cuando pase el temblor» marcó una época y fue uno de los más recordados de la banda. Dirigido por Alfredo Lois, las imágenes de los músicos con sus peinados y ropas extravagantes contrastaban con el paisaje de Tilcara. Además, constituyó un hito para el rock latino porque en ese momento la MTV recién le empezaba a prestar atención a los grupos de la región y Soda fue el primero de Argentina en aparecer en la cadena y resultó un gran éxito.
«Nada personal», la mencionada «Cuando pase el temblor» y «Juego de seducción» se transformaron en los hits de la placa, que también tendría como temas destacados «Danza rota», «Estoy azulado» e «Imágenes retro».
«Escribí todas las letras de un tirón. Vivíamos al palo, parecía que estábamos lejos del arte y, sin embargo, fue uno de nuestros discos más profundos, quizás porque no la estábamos pasando bien», contó en una oportunidad Cerati para hacer referencia al tercer álbum de estudio del grupo.
Y agregó: «Me acuerdo que me acosté a las dos de la mañana, sabiendo que no tenía ninguna letra y que quería entrar a grabar a la semana siguiente. Esa noche se rompió el bloqueo porque me pasaba que la música iba aumentando geométricamente y la letra tan sólo aritméticamente, y sabía que tenía muchas cosas para decir. Me desperté sobresaltado, puse el cassette con la música de los temas y fui escribiendo una letra tras otra».
Signos, que contó con ocho canciones -todos hits-, arrasó en ventas y significó la explosión de Soda Stereo a nivel continental. La gira presentación del álbum llevó al trío a Chile, Paraguay, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Costa Rica, México y Venezuela. Realizaron 22 conciertos en 17 ciudades frente a casi 350.000 personas. Una cifra impresionante.
Ese éxito abrumador también les permitió llegar el 11 de febrero de 1987 a Viña del Mar para participar del prestigioso festival que se realiza todos los años en Chile. Allí fueron aclamados y, si bien eran conocidos por el público del país trasandino, fue a partir de esa noche que se consagraron definitivamente.
En septiembre de 1988 la banda publicó su cuarta placa que, a diferencia de las anteriores, fue grabada en Nueva York. Doble vida contó con la producción de Carlos Alomar, lo que le dio un sonido distinto al grupo pero sin perder su esencia.
En junio del año pasado, la diseñadora del logo más emblemático de Soda y de la tapa de ese álbum, Tite Barbuzza, rememoró para Teleshow cómo fue el proceso creativo: «Lo recuerdo muy bien. Muchísimas veces pintar con tinta la palabra Soda e ir definiendo muy sutilmente el perfil humano, que es muy simpático. Recortar las letras y armar, recortar y armar…», contó.
El trío, ya maduro, presentó nueve temas nuevos con los que -una vez más- captaría la atención de todos. De esas canciones se destacaron «En la ciudad de la furia», «Lo que sangra (La cúpula)», «Día común – Doble vida», «Corazón delator» y «Terapia de amor intensiva».
Una vez más salieron de gira. Primero estuvieron por el interior de la Argentina y, un año después, viajaron por el continente: México, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá y Estados Unidos los vieron brillar.
La «Gira animal», con la que promocionaron el quinto disco de estudio (el más popular de su rica historia), los llevó por todo el continente y en la Argentina pasó por el estadio de Vélez y el teatro Gran Rex con llenos totales.
Fue una gira muy extensa, que en nuestro país abarcó 30 ciudades y, en la región, varias urbes más: Santiago de Chile, Asunción, Punta del Este, Barquisimeto, Caracas, Valencia, Mérida, San Cristóbal, Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Mexicali y Tijuana.
El broche de oro fue el 14 de diciembre de 1991 con un recital gratuito en la Avenida 9 de Julio ante más de 250.000 personas. Ese álbum también había significado la llegada del grupo al público español, que se plasmaría en mayo de 1992 con shows en Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona y Oviedo.
La popularidad era muy alta. En las radios no paraban de sonar los temas -en los que sobresalió el exitosísimo «De música ligera»– y los músicos eran permanentemente nombrados en los medios de comunicación de toda la región. Estaban en el mejor momento de su carrera.
Canción animal contó con 10 temas y sobresalieron el mencionado «De música ligera», «En el séptimo día», «Canción animal», «Sueles dejarme solo», «Hombre al agua» y «Té para tres». Pero todas las piezas fueron verdaderos hits y, como su nombre lo indica, fue un disco «animal», con una fuerte impronta rockera.
Luego de un descanso necesario, los tres Soda volvieron a los estudios con el objetivo de hacer Dynamo, pero plantearon algo muy distinto desde lo musical. Antes de hacer este disco, Cerati había grabado Colores santos junto a Daniel Melero -la primera vez que hacía un álbum por fuera de Soda Stereo- y estaba particularmente interesado en explorar nuevos sonidos.
«Dynamo consistió en tomar Canción animal y destruirlo. Es como si a Canción animal lo hubiéramos metido dentro del agua. Y, a nivel sonoro, quisimos producir eso, las canciones tenían más que ver con algo hipnótico», diría Gustavo.
Y agregaba: «La idea era remixarlo, mezclarlo con algo más dance e incluir algo más trance en nuestra música. Sé que quienes adoptaron ese disco lo quieren y a mí me pasa lo mismo».
El sexto álbum de estudio de la banda salió al mercado en octubre de 1992 con 12 canciones y un estilo en el que prevaleció una mezcla de sonidos que iban desde la experimentación hasta lo electrónico. «Es el disco con picos de emoción más altos. Teníamos la sensación de estar haciendo algo musicalmente grande, y que nos satisfacía completamente», recordaría Cerati.
Zeta Bosio contó, en su libro autobiográfico Yo conozco ese lugar, que para la época de Dynamo cumpliría un sueño que tenía con Gustavo desde hacía un tiempo: tener el estudio propio. «Viajamos a Los Ángeles para hacer los contactos necesarios para conseguir equipamiento. Contratamos un broker, que es un guía especializado en el armado de estudios de grabación y que tiene contactos en el rubro y, gracias a él, vimos todo tipo de consolas, micrófonos e incluso cables».
Los cortes de difusión fueron «Primavera 0», «Luna roja», «Ameba», «En remolinos», «Claroscuro», «Texturas» y «Fue». El disco contó con un solo videoclip -«Primavera 0», dirigido por el actor Boy Olmi- y fue presentado en el programa de televisión Fax, conducido por Nicolás Repetto.
En ventas no tuvo una gran performance y empezó a ser valorado por los fans con el paso del tiempo. Como siempre, el trío estaba adelantado a su época.
El último trabajo de estudio de Soda Stereo se caracterizó por mezclar lo experimental que había encarado en Dynamo con una propuesta frontal en la que la búsqueda del sonido fue el principal objetivo.
«Necesitó dos años y medio para concebirse. Sería ilógico decir que es la obra maestra de Soda Stereo, pero era lo más real del grupo en ese momento porque estábamos despojados de la necesidad de tener un futuro de grupo, o de ser el mejor durante otros diez años», diría Cerati.
Y agregaría: «Ya habíamos pasado por muchas cosas y el grupo se sentía a sí mismo como clásico. Por otro lado, estábamos muy orgullosos de lo que había promovido Dynamo y su lectura posterior. Entonces, Sueño Stereo tenía la presión de no presionarnos».
«Ella usó mi cabeza como un revólver», «Zoom», «Paseando por Roma» y «Disco eterno» se transformaron con los años en otros clásicos de una banda que estaba llegando a su fin. Aún quedaban el MTV Unplugged y la despedida en 1997 pero este álbum parecía ser el broche ideal para el punto final del grupo.
Los trabajos solistas de Cerati
El primer trabajo discográfico que Cerati realizó por fuera de Soda Stereo fue editado el 25 de marzo de 1992. Junto a Daniel Melero, el cantante y guitarrista se lució en canciones como «Vuelta por el universo», «Marea de Venus», «Hoy ya no soy yo» y «Tu medicina».
«Estamos enamorados de casi todos los temas, incluso del movimiento que tiene el disco desde el principio hasta el final», afirmó Cerati por esos días.
El álbum mostró una fuerte influencia de la música electrónica, que Cerati luego incluiría en el siguiente trabajo de Soda Stereo, Dynamo, y en su primera placa luego de la disolución del trío: Bocanada.
«No estoy pensando en desarrollar una carrera solista. Simplemente hice un disco solo», decía el cantante en una de las entrevistas que dio para promocionar esa producción.
«Cuando me embarqué en esta historia de ser padre tuve la necesidad de hacer una limpieza. Fueron diez años de andar girando y después de Dynamo vino bien colgar los guantes un tiempo. Hasta la muerte de mi viejo, en 1992, mi vida estaba programada», manifestaba Cerati.
Amor amarillo salió a la venta el 1 de noviembre de 1993 y fue una sorpresa para los seguidores de Soda Stereo porque era algo muy distinto a lo que Gustavo venía haciendo con la banda. El disco contó con el rol protagónico de Cecilia Amenábar, quien además de ser la fuente de inspiración del compositor, hizo los coros en algunos temas.
La partitura de “Amor amarillo”La partitura de “Amor amarillo”
En ese álbum, Gustavo también le hizo un homenaje a Luis Alberto Spinetta al grabar una versión muy recordada de la canción «Bajan», uno de los clásicos del disco Artaud, de 1973.
«Una vez vi un CD mío a diez pesos. Me dio vergüenza y me lo llevé», decía años después al recordar Amor amarillo. La obra tomó valor con el correr de los años y, hoy en día, no hay fanático de Gustavo que no destaque sus letras. «Te llevo para que me lleves», «Lisa» y «Pulsar» fueron los sencillos.
Habían pasado dos años del mítico «Gracias totales» y de la disolución de Soda Stereo. El segundo disco solista de Gustavo fue muy esperado por los fans y el periodismo especializado dado a la intriga que se abrió en ese momento de incertidumbre luego del final de la banda.
Considerado por muchos como el primer álbum en solitario (teniendo en cuenta que era el primer trabajo luego de la separación del grupo), Bocanada se convirtió rápidamente en un éxito.
Editado el 28 de junio de 1999, fue grabado en el estudio Casa Submarina y en los famosos Abbey Road de Londres; y contó con la participación de Leo García en coros y voz, Fernando Nalé en bajo, Flavio Etcheto en teclados y Martín Carrizo en batería.
Algunos de los temas más recordados son «Bocanada», «Beautiful», «Paseo Inmoral» y el exitoso «Puente». Pero tranquilamente se pueden mencionar varias canciones más sin el riesgo a equivocarse porque cada una es especial.
- Bien+ Bien
- Bien (2001)
- Bien fue la banda de sonido del film que llevó ese nombre, dirigido por Eduardo Capilla y estrenado en 2001. El propio Cerati actuó en la película.
Las 11 canciones del disco fueron compuestas por el ex Soda Stereo y las grabó junto a Leandro Fresco, Leo García y Flavio Etcheto en samplers; y Claudia Oshiro, quien hizo la voz en «Es solo una ilusión».
Fue nominado como Mejor Álbum Instrumental Pop para los Grammy Latinos.
No es un disco de estudio pero es tan excepcional que decidimos incluirlo en este repaso. Fue grabado en el recital que Gustavo brindó en el teatro Avenida de Buenos Aires, en agosto de 2001.
El concierto contó con la dirección de Alejandro Terán, quien también realizó los arreglos de los temas.
El álbum salió el 22 de noviembre de ese año con 11 canciones pero luego se editó un DVD en 2003, que contiene cuatro temas adicionales que no estaban incluidos en la placa: «Pasos», «Fue», «Lisa» y «Hombre al agua».
Publicado el 26 de noviembre de 2002 -tras más de un año y medio de grabación-, el nuevo disco solista de Cerati mostró su faceta más electrónica después de Bocanada y +Bien.
Estaba la idea de que Siempre es hoy sea doble, ya que se contaba con mucho material, pero finalmente terminó siendo editado en un único álbum debido a la difícil situación económica que atravesaba la Argentina.
«El disco tiene momentos de felicidad y de enojo. Siento que es celebratorio. Sobre todo de la vida en sí, de los diferentes matices de la vida. Esa es mi sensación general. Traté de huirle a los pozos melancólicos. Siento que en ciertos momentos hablé de energías más bajas, que son parte del hoy pero hasta en eso hay una intención de celebración. Tengo la sensación de que es una mirada con muy poco cinismo, desprovista de la mayor parte de filtros que en general uno le pone», decía Cerati en un reportaje por esos días.
Respecto al título del trabajo, subrayó: «Básicamente, es el estribillo de una canción que habla de esa celebración. Siempre es hoy, para mí, no es una prisión como concepto. Alguna vez también escribí Ahora es nunca. Es casi lo mismo, pero el ‘Siempre es hoy’ es celebratorio. Esa es la sensación que yo tengo».
Siempre es hoy contó con 17 temas, de los cuales se destacan «Cosas imposibles», «Nací para esto», «Karaoke» y «Vivo». Además, tuvo la participación de músicos de la talla de Charly García y Domingo Cura.
El disco más explosivo, exitoso y con más hits de la carrera solista de Cerati salió al mercado el 4 de abril de 2006 bajo el sello de Sony.
Tras probar con la música electrónica, el artista puso en primer plano las guitarras eléctricas de la mano de composiciones frontales. Y así manifestaba sus sensaciones por esos días: «Hay una actitud más reconciliatoria en este trabajo».
También respondía sobre si se consideraba un vanguardista. «Yo creo que hay una parte mía que se sincroniza con lo más actual porque me gusta, porque soy un ávido consumidor de música. Primero, antes de ser músico, siento que soy eso: un amante de la música. Pero no me considero vanguardia, la verdad que no porque sé lo que es la vanguardia», dijo.
Mencionar los temas más exitosos de este disco es una tarea realmente difícil porque casi todos se transformaron en hits. Sin embargo, se destacan «La excepción», «Adiós», «Me quedo aquí», «Lago en el cielo» y el consagrado «Crimen».
Ahí vamos arrasó en ventas (logró el disco de platino sólo con las anticipadas y en México alcanzó el disco de oro) y también se llevó todos los premios importantes: cuatro Grammy Latinos, cinco MTV Video Music Awards y ocho Premios Carlos Gardel. Además, Gustavo ganó la Antorcha de Plata, la de Oro y la Gaviota de Plata cuando presentó el trabajo en el Festival de Viña del Mar en 2007.
El quinto y último trabajo de estudio de Gustavo, que se caracterizó por un sonido country/folk con presencia de guitarras acústicas, se publicó el 1 de septiembre de 2009 e invitaba al oyente a un viaje en el que el universo, la magia y la naturaleza estaban como protagonistas.
«Lo que hice en este disco fue una composición bastante rápida. Tenía muchas ganas de hacer algo acústico, es decir, salir un poquito de la distorsión que planteaba Ahí vamos y también del clasisimo de Ahí vamos en cuanto a la composición. Quería que se moviera hacia lugares más libres. Después vino lo de Soda Stereo que fue tan gigante y tan power (la gira «Me verás volver»). Necesitaba como bajar unos cambios en ese aspecto», narraría Cerati.
Fuerza natural tuvo tres cortes de difusión: «Déjà vu», «Rapto» y «Magia». Sin embargo, más allá de esos temas, contó con otras composiciones muy reconocidas, como «Fuerza Natural», «Tracción a sangre» y «Cactus».
El trabajo se metió rápidamente en el corazón de los fans y recibió múltiples reconocimientos. Entre otros galardones, Gustavo se llevó el Gardel de Oro por segunda vez (ya lo había conseguido con Ahí vamos) y el disco ganó todas las categorías en las que estaba nominado. También logró tres Grammy Latinos.
«Si yo me retirara ahora, en este momento, no creo que sea muy factible, pero supongamos que sí, me iría contento por Fuerza natural», afirmaba el músico en un video del backstage de la grabación de la placa.